El orden entendido como una capacidad para organizar y ejecutar tareas de manera eficiente es clave para el éxito. Ahora bien, la mayoría de las personas no aplica este concepto en la configuración de su agenda y, sobre todo, tampoco lo tiene en cuenta en la forma de invertir su energía.
Se cree que las personas exitosas son aquellas que viven para su trabajo y que no se dan el lujo de disfrutar de hobbies, afectos y viajes. Se infiere, entonces, que ese es el precio que hay que pagar para ser el mejor de tu profesión, ya sea que hayas elegido ser científico, empresario o deportista. No hay nada más lejos del orden que eso. La clave está en focalizarse en aquello para lo que realmente eres bueno y aportas valor, y delegar todo lo demás.
El orden no se ve así
Comienzas cada día con una larga lista de pendientes en tu agenda, que acompañas con la falsa esperanza de que hoy sí, por fin, lograrás tachar todas esas tareas que te propusiste. Algo que ni ayer ni anteayer sucedió efectivamente.
A medida que transcurre el día te das cuenta que no vas a poder cumplir con todo, y como ya sientes agobio y frustración se te ocurre una maravillosa idea: hacer lo más fácil y lo que te demanda menos atención y energía.
¿Cuál es el objetivo implícito de esta forma de accionar? Tachar la mayor cantidad de tareas posible. Ahora bien, el problema (que se transforma en el obstáculo que impedirá que logres lo que te propones) es que inviertes tiempo y otros recursos valiosos en tareas que no son realmente esenciales para alcanzar el éxito. No todas las tareas son igualmente importantes, hay tareas que te acercan más a tus objetivos que otras. Ya lo decía Pareto: “La mayor parte de lo que uno desea será producto de una parte mínima de lo que uno hace”.
Una propuesta para comenzar a ordenarte
Concentrar toda tu atención y energía en esas actividades que mayor impacto tienen para alcanzar nuestros objetivos. Las personas que triunfan en sus profesiones lo tienen muy claro. Saben que estar todo el día atareado no es sinónimo de ser más productivos. Entienden a la perfección que la clave está en elegir la menor cantidad de actividades posible que mayor impacto tienen en el resultado final. Ese es el secreto detrás de la palabra orden.
Te propongo algo: pon foco en una actividad y no hagas otra cosa hasta que la termines. Aquí está la clave, en el foco. Deja de hacer tareas que te tironean hacia diferentes direcciones para focalizarte sólo en aquellas que apuntan a una misma dirección, tu principal objetivo. Debes cambiar una lista de pendientes por una lista de éxitos. Pequeños avances en una misma dirección, en donde el éxito es sólo cuestión de tiempo.
Vivimos con la ilusión de que podemos hacer varias tareas al mismo tiempo. Pero es una mentira. Nuestro cerebro sólo puede concentrarse en una cosa a la vez. La fuerza de voluntad es energía. Para sacar el mayor provecho en pos de nuestros objetivos hay que recargar la energía comiendo saludablemente, haciendo deporte y meditando.
Aunque no termina ahí, también es importante saber canalizar esa energía que cultivas. Es decir, elegir esa actividad única que realmente hará la diferencia. Hacer foco y evitar las distracciones. Son las verdaderas claves del orden para disponer de esta fuente agotable de energía que necesitamos para transformarnos en personas exitosas.
Si estás buscando ordenar tu energía y adquirir hábitos que realmente te lleven hacia tus objetivos, puedes trabajarlo con la guía de Marie Blanc en una sesión uno a uno.